Todo lo que debes saber sobre la adicción al juego
Jugar en casinos online es un hobby entretenido con el que puedes ganar mucho dinero. Sin embargo, hay gente pierde el control sin ser consciente de tener un problema muy grave. Si te preocupa tu comportamiento acerca del juego o el de un ser querido, echa un vistazo a nuestra guía sobre la adicción al juego para saber cómo actuar.
Los primeros signos del juego patológico
¿Cuándo se convierte el juego en un problema o patología? No todo el mundo tiene el mismo umbral de adicción y, por lo tanto, no todo el mundo que juega frecuentemente tiene un problema de adicción. Así que, ¿cómo saber si tienes un problema de adicción?
Un punto clave es hacer una valoración global de la situación. No centres tu análisis en uno o dos comportamientos, sino que es preferible que estudies al individuo en su globalidad. Los cambios en el comportamiento general de la persona son un indicador de que algo va realmente mal y que la persona ha perdido el control de su comportamiento.
Algunos signos a los que deberías prestar especial atención:
- Todas las conversaciones giran en torno al juego, tanto en revivir experiencias pasadas como en planificar partidas o en el futuro.
- Necesidad de apostar cada vez mayores cantidades de dinero para llegar a sentir el mismo grado de emoción y satisfacción.
- Desasosiego e irritabilidad ante cualquier interrupción del juego.
- Incapacidad de parar de jugar, incluso si el individuo así lo desea.
- El uso del juego en casinos contra el aburrimiento, la depresión o cualquier emoción negativa.
- Jugar en el casino para pagar las deudas anteriormente adquiridas.
- Mentir a los demás para ocultar el grado de adicción y el gasto en el juego, o mentir para conseguir más dinero.
- Cometer actos ilegales como el fraude para poder continuar jugando.
- La existencia de otras adicciones, como el alcoholismo.
- Poner en riesgo relaciones importantes (sentimentales, familiares, etc.), o compromisos laborales o académicos.
Cuando se dan 5 de estos comportamientos, no encontramos ante una situación de riesgo serio.
Cómo prevenir la adicción al juego
Si únicamente se utiliza el juego como herramienta para sentirse bien y evadir problemas cotidianos, podemos decir que el juego en sí mismo no constituye un problema. La mejor forma de evitar que tu afición al juego se transforme en una adicción es mantener los pies en la tierra y ser consciente de que siempre existe la posibilidad de que esto ocurra.
Algunos consejos útiles:
- Márcate un límite y no lo sobrepases. Si al jugar apostando con tu tarjeta de crédito corres el riesgo de apostar demasiado, marca límites claros con tu monedero electrónico y transfiere una cantidad limitada al mismo. Algunos casinos online también tienen herramientas que te facilitan el establecimiento de límites.
- Juega solo durante un periodo limitado de tiempo y levántate para estirar el cuerpo de tanto en tanto. Mantén un ojo en el reloj para no exceder del tiempo que te hayas marcado.
- No juegues para sentirte mejor ni ahogar frustraciones, ya que asociarás el casino a la sensación de bienestar.
- Nunca apuestes dinero que no puedas permitirte perder, como el dinero de tu alquiler.
Cómo tratar la adicción al juego
Si la prevención no ha funcionado y tú o alguna persona cercana sufre los efectos de la adicción al juego, el problema debe ser tratado urgentemente.
Algunas ideas para el tratamiento son:
- Visitar la consulta de un terapeuta profesional especializado en la adicción al juego
- Recuerda que tienes que ser paciente. Recuperarse de una adicción al juego conlleva cierto tiempo. No se trata simplemente de tener fuerza de voluntad.
- Identifica qué es lo que activa el deseo o la ansiedad por jugar.
- Trabaja en el desarrollo de otros gustos, hobbies e intereses. El juego patológico puede ser una señal de una personalidad inmadura o de un complejo de inferioridad.
Pide ayuda a tu familia, y si eres familiar de un adicto al juego, solicita consejo a un especialista. Recuerda que esto no significa evitar responsabilidades. Es fundamental que el paciente admita que existe un problema y que acceda a recibir ayuda voluntariamente. Nadie tiene por qué enfrentarse a un problema de adicción por sí solo, pero es fundamental que sea por su expreso deseo.